El pasado domingo 10 de noviembre, el ahora ex presidente Evo Morales, renunció a su cargo presidencial ante la “recomendación” de las Fuerzas Armadas y las distintas manifestaciones de la oposición. Dos días después, la senadora Jeanine Áñez se autoproclamó como Presidenta interina de Bolivia.
Desde las últimas elecciones presidenciales calificadas de fraudulentas tras las irregularidades en el proceso electoral, el pueblo del Estado Plurinacional de Bolivia se ha dividido en dos bandos, los simpatizantes del gobierno de Morales y la oposición, liderada por Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho, junto al respaldo de las “fuerzas del orden”.
Tras la renuncia de Evo, distintos casos de violencia y represión entre los manifestantes que respaldan a Morales y la policía fueron registrados, desencadenando un ambiente de violencia e inestabilidad política y social en las distintas provincias de Bolivia. Siguiendo la misma línea, los opositores del Movimiento Al Socialismo (MAS), liderado por Evo Morales, entraron al Palacio de Gobierno y sacaron la wiphala, bandera que simboliza el origen étnico del pueblo aimara, además de ser reconocida como símbolo del Estado Boliviano tras la Constitución del 2008, y colocaron la Biblia sobre la bandera boliviana, alegando que no están yendo con armas, sino con fe y esperanza.
Dos días después de la renuncia de Evo Morales, la segunda vicepresidenta del Senado, Jeanine Áñez, se autoproclamó presidenta interina de Bolivia en una sesión del Congreso, el cual no contó con la presencia de congresistas del MAS. “Queremos convocar a nuevas elecciones lo más pronto posible (...), con autoridades probas, de mérito, de capacidad, que sean independientes", fueron las palabras de la autoproclamada presidenta.
Morales, desde su cuenta de Twitter, denuncia tajantemente el golpe de estado propiciado por la derecha opositora y respaldada por los militares y la policía. Tras la autoproclamación, diversas movilizaciones en Bolivia y en toda América Latina han dividido la opinión pública y han sumido al país altiplánico en una crisis socio-política.
Carlos Calle.
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