Lunes muy temprano en la capital, el cielo gris, el sonido estruendoso de los cláxones, congestión por todos lados y las estaciones del Metropolitano colapsando; un escenario clásico en la gran ciudad colonial de Lima. Una urbe que se sostiene gracias a su turismo, su gastronomía, pero sobre todo, gracias al comercio que existe en sus venas de cemento.
Lima y el Perú se sostienen principalmente de las pequeñas y medianas empresas que aportan al Estado, tomando estas el rol principal del rumbo de la economía en el país.
Todo tiene un epicentro, un lugar de origen, pero, ¿dónde está el corazón del comercio en el Perú? Estamos hablando del gran emporio comercial Gamarra, ubicado específicamente en el corazón del distrito de La Victoria, el cual tuvo su origen a mediados de la década de 1940, cuando comerciantes textiles europeos instalaron sus maquinarias en esta zona, dando trabajo a los vecinos del distrito, aún cuando no era la potencial comercial que es ahora. Con el paso del tiempo, Gamarra se ha ido reestructurando, pasando por diversas etapas de ordenamiento y formas de comercio. El crecimiento desmedido y sin planificación dio pie a que las personas del interior del país vinieran a comercializar sus productos de forma ambulatoria, y es una realidad que se vive hasta ahora.
Han pasado muchos años, y junto con ellos, muchas gestiones municipales; algunas exitosas, y otras, dejando mucho que desear.
Pero siempre, independientemente de la calidad de gestión, el problema de la informalidad en Gamarra y la lucha por erradicarla, ha sido un tema de controversia y de atención inmediata por parte de la Municipalidad de La Victoria por muchos años.
Y es que esta informalidad no solo se ha instaurado en las calles del emporio, también lo ha hecho en la cabeza de la ciudadanía, haciendo que seamos parte de ese intercambio, de esa compra-venta, que, en resumen de cuentas, es ilícita, viéndola como una opción más económica, sin imaginar el daño que le causa a nuestra economía.
Pero, ¿cuál es el motivo de esta informalidad? ¿Qué es lo que obliga a los comerciantes a optar por este medio de venta?
Son dos causantes principales las que engloban al desarrollo de la informalidad, una es la falta de productividad, que tiene como raíz a la falta de formación de los comerciantes, de los cuales, 5 de cada 100 capacitados llegan a tener éxito. Por otro lado, tenemos a los altos costos laborales e impositivos, que dificultan el proceso de formalización para aquellos que desean estar en regla.
Con la llegada de la nueva gestión del actual alcalde de La Victoria, George Forsyth, nuevos aires de progreso han llegado al distrito. Encabezando uno de los operativos más ambiciosos que han existido en Lima, el alcalde puso fin a la informalidad en el mes de febrero, cerrando los cuadrantes A y B del emporio por 72 horas. Dentro del operativo participaron más de 1,500 agentes policiales, los cuales mostraron la ardua planificación para llevar a cabo el operativo.
Conversamos con el alcalde George Forsyth al respecto
El alcalde de la Victoria unió fuerzas junto con la Policía Nacional del Perú para realizar este mega operativo.
"Para realizar un operativo del estilo hay que conocer bien la realidad. Y es por eso que luego con el plan que yo tenía junto con la policía, hubo un gran trabajo de inteligencia detrás, alrededor de un mes y medio (o dos) tardó todo para luego un día específico, un domingo en la noche, recuerdo, se tomó Gamarra", es así como relata el alcalde lo que fue planear todo.
Forsyth tiene algo muy en claro, y es que para combatir esta informalidad en auge y creciente, hay que atacar desde la raíz. " Definitivamente el problema principal de La Victoria es la falta de autoridad, no existía desde hace mucho tiempo este principio. Es por eso que las empresas de transporte, los ambulantes, los de las cajas, los fruteros, todos en general, quieren hacer lo que les conviene, lo que se les da la gana", explica el burgomaestre.
Hay que tener en cuenta que los únicos que están autorizados de vender sin un local en Gamarra son los emolienteros, los lustradores y los canillitas, luego de eso, toda forma de comercio está prohibida.
"Hemos creado una multa a todas las galerías y tiendas que incentiven, promociones o faciliten de cualquier forma este tipo de comercio serán multados con 16,800 soles. Nos estamos poniendo desde antes, entonces la gente tiene pánico a la multa. Si tú eres un empresario con una pequeña tienda y sales a vender con una multa de esa cantidad, quiebras". Estas son las medidas por las que ha optado el municipio a modo de prevenir posibles levantamientos informales.
Otra realidad
Si bien es cierto, más de 3,000 ambulantes han sido reubicados exitosamente, pero, ¿es así la realidad que están viviendo ahora? Muchos comerciantes no pueden gozar de todos los beneficios que han sido otorgados por la Municipalidad de La Victoria.
Este es el caso de Nancy Sánchez, una comerciante reubicada dentro del edifico comercial Guizado. Ella es madre de tres hijos y tiene un esposo que la ayuda a solventar sus gastos, pero no es suficiente.
"A los ambulantes que sacaron nos inscribieron en la Municipalidad de Lima y mediante un sorteo nos trajeron acá, estamos acá por el tiempo de 6 meses que no vamos a pagar absolutamente nada, salvo sean los arbitrios, mantenimiento y la luz, pero el alquiler no. Arbitrios 60 soles por 3 meses, 20 soles mensuales, mantenimiento algo de 98 soles y la luz 10 soles, y tampoco genero esos 100 soles", es lo que declara Nancy en vista a los futuros gastos que tiene que asumir como una trabajadora formal, sin embargo, su realidad no se lo permite.
"Esta tarifa es solamente por 6 meses, luego tengo que comenzar a pagarla y el monto es un aproximado de 500 soles, lo bueno es que las tiendas son compartidas, estas tiendas son para compartir entre dos personas, entonces me corresponde pagar 250 soles más la mitad de arbitrios y todo eso, entonces son 125 soles más, en total 375 soles. Yo fatal, estoy con mi esposo y es un solo bolsillo, osea yo tendría que pagar los 500 más los 250, lo que suma 750 soles que no genero". Esta es una realidad que debe afrontar por su cuenta, pues de no ser así, volvería a las calles, siendo perseguida por la policía y los agentes municipales.
A esto hay que sumarle las licencias, que son un requerimiento básico que se les pide a todas la tiendas formales que laboran diariamente. El monto de la licencia es de 225 soles. De la misma forma, tiene que mandar a hacer sus boletas, y eso también suma a la inversión requerida.
Nuestra comerciante ya formalizada también denuncia la falta de intervención de las distintas entidades públicas que deberían entrar en acción: "a nosotros sí nos gustaría que haya más apoyo del Gobierno, y no solo de ellos, hay bastantes entidades que también tienen que intervenir, la Municipalidad de Lima, de La Victoria, el Ministerio de la Mujer porque acá somos muchas mujeres emprendedoras, muchas madres solteras, el Conadis porque acá también hay bastante gente con discapacidades, el Ministerio de Salud, acá hay mucha gente con sida y con tuberculosis, el Ministerio de Justicia, acá hay bastantes exconvictos que quieren reivindicarse en la sociedad pero nadie los contrata, por eso volvieron ambulantes. También PROMPERÚ, el Ministerio de Comercio, todos ellos deberían meter mano acá, incluso el Ministerio de Agricultura, nuestra materia prima es el algodón, la lana de alpaca, todo eso les compete a cada uno de ellos". Nancy hace un grito de ayuda, pues dentro de todo, hay muchos más problemas que se proliferan por debajo de esta gran operación municipal.
Muchas entidades del estado deberían estar comprometidas con estos problemas, pues por su naturaleza, requieren la atención de organismos específicos para su pronta solución.
Pero no todo son quejas, Nancy también ha propuesto soluciones, que, al momento de oírlas, no están alejadas de una realidad alcanzable: "nosotros tenemos tratados de comercio, entonces nosotros podríamos vender al extranjero, ahora que se vienen los Panamericanos, juntarnos en grupos y que el Gobierno nos de el material para poder producir todo lo que se va a vender, facilitarnos un capital o comprarnos el material. Somos bastante gente que puede producir, que podemos lanzar nuestros productos. Podemos hacerlo con motivos incaicos. Tenemos productos como chompas, polos, gorros que podemos hacerlos con motivos incaicos, esto podría ser de ayuda al Estado para vender nuestra marca, hacernos conocidos, la marca Perú. Nosotros tenemos potencial, tenemos a la gente, tenemos todos, solo falta más apoyo de las entidades, podríamos volvernos proveedores del Estado, pero nos tienen alejado", declaró nuestra entrevistada con el afán de poder dar múltiples soluciones para esta situación.
"Yo tengo dos hijos mayores que trabajan y aportan, pero hay personas que no. Hay gente que todavía está sentada en el suelo, tienen tienda pero no tienen nada para vender. Yo he pedido prestado unos saquitos para poder mostrarlos y venderlos, sino, no vendo nada". Así como Nancy, existen muchos otros en las mismas circunstancias, e incluso en peores. Así no lo quieran, están con las manos atadas.
Pero, ¿cómo está Gamarra a tres meses de tal hazaña municipal?
En nuestro recorrido por las calles de Gamarra hemos podido observar cambios notables, sin embargo, no hay una continuidad en las acciones. Desde basura en las esquinas en horas de la tarde hasta la vuelta del comercio ambulatorio, la gestión de Forsyth no cuenta con un seguimiento adecuado, como si hubieran hecho algo esperando a que prospere sin una debida atención al problema.
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