A casi un año de llegar al bicentenario, hacemos un recuento de la lucha de la mujer política en las adversidades que hemos pasado durante 200 años. Para ser escuchadas como debemos, entrevistamos a la ex congresista y ex ministra de Promoción de la Mujer y Desarrollo Humano, la Dra. Doris Sánchez Pinedo. Catedrática del Instituto Internacional de Gobierno donde enseña la importancia de alzar nuestras voces de una forma unida.
¿Piensa que las mujeres que se encuentran actualmente en la política nos representan bien?
En toda sociedad hay gente con calidad y gente sin calidad, tanto a nivel de lo político como de lo cultural, lo artístico, lo social, lo económico, etc. Siempre hay una relación entre lo bueno y lo malo. En este momento, es evidente que la representación femenina en el Congreso de la República no ha cumplido un rol adecuado, más bien, han cumplido un rol obstruccionista, un rol irónico, un rol cumpliendo indicaciones que no son acordes ni coherentes con aquello que nosotros quisiéramos de un congresista que nos represente y fiscalice y que lleve las obras que van a favorecer la estructura de la mujer, ya sea como esposa, como hermana, como hija, etc. No hay una buena representación femenina en este momento y por eso es que estamos ante esta coyuntura y con mucha lástima el jurado nacional de elecciones ha validado que las mujeres de un congreso disuelto vuelvan a postular. Ese es un reciclaje político que no tiene nombre y toma como punto de referente la personalidad de las congresistas que están volviendo a postular donde no hay vergüenza, no hay dignidad porque muchos daños han hecho al país con su intervención.
¿Cuál es su opinión respecto a la brecha salarial en la que nos vemos ahora?
Siempre ha habido una discriminación en cuanto a sueldos para pareceres, profesiones y desempeños iguales, ha habido sueldos desiguales y eso debe romperse. Lo cual solo se va a romper cuando la idiosincrasia que hay en la sociedad, empresas, etc., vaya disminuyendo respecto al poco valor que le dan a una mujer que es profesional. No sé si una ley para igualar los sueldos logrará solucionar este problema, pero sí hay una brecha salarial y se debe disminuir.
¿Hemos avanzado en un nivel mayor la lucha por los derechos de la mujer?
Desde que se comenzó a luchar por los derechos de la mujer, hay muchos derechos que se han recuperado, uno de los principales: la ciudadanía de las mujeres, la forma de como la mujer que estaba relegada en el tema de tomar sus decisiones para elegir, fue puesta en vigencia. A estas alturas del partido, también se ha aprobado en el Congreso la paridad en las postulaciones (que no se va a contemplar en este proceso que tenemos al 2020) donde habrá una alternancia progresiva, primero 40%, después 50% entre hombres y mujeres. El gran tema acá es que aun cuando no estoy de acuerdo en una ley que ordena que la mujer debe participar, tengo que apoyarla porque no hay forma que nos visibilicen. Entonces hay necesidad de que una ley, ojalá se cumpla, diga: “En el 2021 habrá alternancia en la propuesta”, ese es un gran avance. Cuando yo fui congresista, logramos entrar 24 mujeres al Congreso en el año 2001.
¿Cómo cree que lleguemos para el bicentenario?
Llegaremos al bicentenario premunidas de toda una ilusión de ver cómo mujeres en la época que se luchó por la independencia pusieron en valor todo lo que es el desarrollo de las protestas, de la rebeldía. Tenemos mujeres valiosísimas que están en nuestra historia como Micaela Bastidas, María Parado de Bellido, mujeres que dieron su vida por la lucha de la democracia y por recuperar su dignidad a través del respeto y valores sociales, culturales, políticos y artísticos. Vamos a llegar con más demandas y ofertas para continuar con este camino irreductible para recuperar la dignidad de las mujeres, sobre todo, de aquellas que menos tienen.
¿La lucha por la igualdad está solo en las mujeres o también en los hombres?
Pienso que la lucha por la igualdad, no solo debe ser para las mujeres. También tienes la lucha por los derechos del hombre. Yo tengo la opinión, que la vida debe ser una coexistencia tanto de deberes como de derechos. Tanto hombres como mujeres deben participar en la democracia con esa visión de futuro para las generaciones que vienen. Todos debemos tener los mismos derechos.
¿Cree que estemos cerca de que una mujer asuma el poder de nuestra nación?
Pienso que en todas las oportunidades electorales que ha habido en el Perú, siempre hay mujeres que pueden llegar al poder, pero tenemos que hacer un trabajo que conmueva y sensibilice, sobre todo de las mujeres que somos mayoritarias en el Perú que tenemos que votar por una de nuestro género. Tenemos esa alienación de siempre donde hay que atender al varón, hay que votar por un varón, un varón siempre será mejor, etc. Ese estereotipo lo tenemos que romper y cuando este lo haga, tendremos una mujer en el poder. Que no tengamos una ahora, no significa que no tengamos mujeres valiosas para asumir el poder y llegar a la presidencia del país.
¿Cuál es el mayor tabú al que ha tenido que enfrentarse en su carrera siendo mujer?
El principal tabú al que me enfrenté y realmente me indignaba era que la opinión que teníamos ciertas mujeres con cultura política y conocimiento de lo social, no nos hicieran caso. Cuando había un directorio, opinaban todos y al momento de tomar la decisión era de los varones y muchos de ellos no tenían ni idea de lo que proponían. Yo pienso que ese es el principal tabú, se piensa que solo los hombres pueden expresar y tener aquellos conocimientos que sirvan para tomar las decisiones con visión de futuro, sobre todo, para las nuevas generaciones. Es algo perenne. A veces proponemos asuntos en grandes reuniones y los hombres sonríen. Tenemos que estar bien curtidas para que esa sonrisita irónica no nos afecte y seguir en el camino de la lucha que las mujeres tenemos tantos conocimientos, emociones y sentimientos como para poder entender de mejor manera a la gente.
¿Cuál cree que es el mayor reto de las mujeres en la política?
El mayor reto que tiene una mujer en política es hacerse escuchar. Esto es un corolario a mi respuesta anterior. Si la mujer aprende a ser lo suficientemente expresiva como para que lo que dice sea espejo de una realidad que solo ella conoce desde varios puntos de vista y pueda ser escuchada. Que la mujer encuentre las estrategias de que los hombres la escuchen, pero no para que entre por un oído y salga por el otro, sino para que tomen en cuenta nuestra realidad y tomar decisiones en torno a lo que nosotras proponemos.
Flavia Ramos.
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