Macarena Puelles está posicionada como una de las fotógrafas contemporáneas más conocidas y polémicas de la escena cultural limeña.
Foto: Lucero Ferrer
Propiamente definida como una artista visual, ella nos cuenta sobre su experiencia personal con la fotografía, su método para captar la naturalidad en las personas que retrata y su postura ante la constante censura de Instagram hacia su trabajo artístico, definido como fotografía erótica y conceptual.
¿Cómo te diste cuenta que te gustaba la fotografía?
A mí me gusta la fotografía desde que tengo 14 años, me gustan mucho las imágenes, lo visual. Todo comenzó cuando una vez me tomaron una foto a mí, como un retrato, con la primera cámara digital que había visto en mi vida, y cuando vi la foto me gustó como salí yo. Y dije: ‘¡Wow! Esto es como un espejo, acá alguien se toma una foto y puede ver más cosas aparte de su cara. Cuando uno se toma un autorretrato, ve mucho más allá.’ Entonces dije: ‘Esta es una herramienta para conocerme mejor’ Y empecé a tomarme fotos a mí misma con mi celular y con la cámara, y a desconfigurar toda la cámara y a ver cómo funcionaba. Así aprendí a usarla.
¿Tu camino hacia el autoconocimiento ha sido una ventana para incursionar en la fotografía erótica?
Sí, totalmente. Yo tomando fotos me he conocido mucho más en todas mis formas, porque mis sesiones de autorretratos siempre suelen ser largas, con música, con mucha paciencia. Y ahí voy creando artefactos de luz y siluetas. En todo este proceso pude conocerme mejor, pude entrar en el desnudo. Al comienzo yo veía el desnudo como algo súper dramático, de ahí lo veía como parte del paisaje. Esto fue como un mapa de lugares a los que he ido con el desnudo, y ahora hago desnudo más erótico, pero también he hecho desnudo de editorial. Y así he pasado por varios tipos de desnudo, conociendo el cuerpo y distintos cuerpos.
Muchas de las chicas a las que fotografías no son modelos, ¿Cómo logras captar la naturalidad sin que se sientan incómodas?
Yo creo que la naturalidad de cada persona nace en el momento más puro, que es cuando estamos haciendo fotos, ahí esa persona se va a desenvolver como ella quiere. Solamente trato de captar esos momentos que veo que físicamente funciona mejor. Un gesto o una forma de moverse. Siempre hago que mi sujeto se mueva bastante, porque funciona que el cuerpo se mueva para poder fotografiarlo. Entonces no dejo que la persona esté estática, sino que haga diferentes acciones, y creo que ahí se capta mucho la naturalidad de una persona. Y yo sé que con modelos es diferente porque ellas siempre salen bien en cualquier ángulo. Al comienzo solía ser el bache, ¿no? Cuando ves a una persona natural dices: Pero ¿cómo hago para que salga bien?
Y que le guste, sobre todo.
Y que le guste, pero simplemente es entrar en la intimidad, yo siempre abro esa puerta y cuando una persona muestra su intimidad, siempre va a salir mostrando, de alguna forma, su sex appeal y eso es lo que yo busco.
¿Ser fotógrafa en Perú ha sido difícil para ti?
Sí, por lo visto, es bien difícil, no sabía que era tanto. Lima es una ciudad complicada, pero en verdad cada vez hay más gente que está desenvolviéndose y entendiendo que mostrar su cuerpo y conocer su cuerpo no tiene absolutamente nada de malo, y hay más gente que está sexual en una manera recreativa y quieren descubrir el sexo como otro proceso más de su vida y no solo como porno o un tabú.
Has sido constantemente censurada por la plataforma Instagram por subir fotos de desnudos. ¿Qué se te da por volver una y otra vez después de haber sido reprimida por esa red social?
Lo que pasa es que Instagram es una plataforma que está de moda y es donde conviven todos los artistas visuales juntos, entonces si me desligo de esa plataforma, básicamente estaría desligándome del sistema, que suena como una buena idea, como una idea transgresora, pero la verdad es que no es lo mío desligarme del sistema en este momento. Yo todavía quiero conocer a más artistas y que más artistas conozcan mi trabajo mientras se puede, y también quiero ser parte de esa lucha que trata de oprimir los pezones femeninos y en general, todo lo que venga del cuerpo de una mujer, entonces yo quiero estar ahí presente para esa lucha.
En tu exposición ‘Para Elisa’ diste una entrevista para El Comercio donde decías que te interesaba lo abyecto. ¿Qué es lo que encuentras atractivo o distinto en ello?
Lo abyecto para mí, suele ser esa parte fea que a la gente no le gusta mirar porque le produce asco o dolor. Yo a lo abyecto lo veo como algo bonito que también puede tener toques de dulzura o felicidad, lo abyecto en una imagen generalmente se retrata en sangre, dolor, heridas, cosas puestas al revés, algo que te produzca que estás al borde del precipicio. A mí esas sensaciones me gustan, porque creo que se puede ‘‘frikear’’ a la gente y darles ese descontrol que a muchos no les gusta. A mí lo que me gusta es generar con imágenes. De hecho, soy una generadora de imágenes que te hagan sentir al borde del precipicio.
¿Dónde consigues tu inspiración para hacer fotos?
A mí me inspiran muchas cosas. Música, películas, cosas que pasan en la calle, realmente yo fantaseo con todo. Todo el día paro fantaseando con cosas que no existen, o cosas que hago, pero pudieron haber sucedido de otra manera. Todas mis fantasías vienen de mi ‘mood’ y de mi música, yo cuando estoy escuchando música creo sesiones de fotos, hago videos en mi cabeza. Fantaseo y fantaseo y luego escribo lo que podría ser. También me gustan mucho las cosas materiales como la ropa, las telas, los colores y los adornos. Eso también me ayuda a inspirarme bastante.
Finalmente, ¿qué le dirías a jóvenes aficionadas a la fotografía que quieren encontrar su estilo propio?
Yo les diría que lo único que tienen que hacer es seguir tomando fotos a lo que sea, pueden tomar fotos de cumpleaños, perros, bodas, producto, publicidad, plantas. En verdad, así es como vas encontrando, haciendo ‘check’ a todas las cosas que ya has hecho. El estilo propio es algo muy personal, les recomiendo que no se dejen llevar por otras personas y otras inspiraciones, porque si no les nace, si solo están copiando algo, se van a quedar muy vacíos por dentro.
Lucero Ferrer
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