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Porque la política también es de ellas

  • Foto del escritor: Prisma Noticias
    Prisma Noticias
  • 13 nov 2019
  • 2 Min. de lectura

La candidatura congresal de una mujer trans es digna de celebración y de reconocimiento en la sociedad y en la política peruana, pues marca un hito en la lucha por la inclusión y el reconocimiento, ante la sociedad, de personas que han estado bajo el rechazo, escondiéndose por el miedo perenne. 

Dentro de la historia política peruana, son pocas las mujeres que han ejercido un cargo político de peso, sin contar las críticas y prejuicios que se tienen hacia ellas, originadas, siempre, desde un ideal machista que ha cubierto el inconsciente colectivo de los peruanos por muchos años. Recordemos el caso de la nueva ministra del MEF, Maria Antonieta Alva Luperdi, duramente criticada a pesar de su amplia preparación e innegable capacidad para ejercer su cargo.

La desigualdad de género se expresa de distintas formas, pero siempre privando de derechos a las mujeres simplemente por su género. Este estigma debe romperse, y se está dando con mucho éxito en los últimos años. Nosotros, como sociedad, desde cualquier posición que ocupamos en ella, debemos ser los defensores y promotores de las políticas de inclusión que velen por una igualdad de género en todos los aspectos. 

El acoso, el machismo y el menosprecio de las capacidades de las mujeres no solo afectan a la sociedad en su comportamiento y evolución, también repercute en la política. La inclusión de las mujeres en esta se ve reflejado en las nuevas propuestas de leyes que promueven el respeto y la igualdad entre hombres y mujeres, teniendo como tema base la brecha salarial y la igualdad de oportunidades laborales. 

Por otro lado, lo que se busca ahora es romper con ese miedo, y por ende, discriminación de las mujeres trans, que día a día son víctimas de violencia extrema, se les niega su ciudadanía y se les priva del ejercicio de sus derechos, simplemente por no sentirse identificadas con su género de nacimiento. 

El producto de la discriminación a las mujeres trans se refleja en la falta de oportunidades laborales que en muchos casos obliga a estas mujeres a ofrecer servicios sexuales para poder ganar algo de dinero y subsistir, muchas veces, en condiciones precarias, poniendo en riesgo su seguridad y su salud. Seamos la voz de aquellas que no son reconocidas ni por el Estado y abracemos esta diversidad, solo así podremos llegar a ser más humanos.

Carlos Calle.

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