Editorial
Incertidumbre, injusticia y necesidad: las tres palabras que sintetizan el contexto socioeconómico y cultural 2019 de Sudamérica. Estamos en una época en la que la crisis de la democracia y un sistema socioeconómico clasista ha desatado el arma más letal de una nación: un pueblo insatisfecho.
Empezando en el centro del continente sureño, en Perú, con las protestas hacia un nefasto Congreso que culminó con su disolución absoluta. Luego, la acción se trasladaría al norte, en Ecuador, con la confrontación entre los indígenas y ciudadanos contra el Estado por la eliminación de subsidios al combustible.
En cuestión de unos días y en paralelo, al sur, en Chile, explotaría otra problema: la subida de precios de su transporte público (metro), que ya lleva 15 muertos y un decreto de estado de emergencia; y en las alturas, en Bolivia, se denuncia y protesta por fraude en las elecciones presidenciales.
América del Sur
Es evidente que estamos en una crisis en simultáneo a nivel continental, cuyo caos y panorama nos recuerda a la época de las dictaduras del siglo XX; sin embargo y a diferencia, es el pueblo el principal agente de cambio y participación. En ese periodo temíamos a la represión, a los militares y a los policías, aceptando a regañadientes lo que el Estado disponía pero ahora somos nosotros quienes decidimos lo que el Gobierno debe hacer. Ya no nos pueden silenciar.
Sudamérica ha alzado su voz de protesta, quiere cambios y los quiere ya. Todos los problemas que están saliendo a la luz no son más que consecuencias de un problema mayor: la corrupción. Entendida como un hecho que acarrea la seguridad, la economía, la salud y la educación, y que tristemente es la mancha que ocultan nuestros gobernantes durante sus campañas y que se revelan poco tiempo después.
¿Qué veremos en los próximos días? No lo sabemos pero estamos seguros que seremos nuevamente los protagonistas de esta gran historia. El pueblo debe seguir en la lucha y resguardar los intereses y bienes comunes, que son los únicos que nos permitirán crecer como nación, en todo los sentidos.
¡Somos Sudamérica!
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