Medidas aplicadas por parte de la Sunedu responden a las requisitos mínimos establecidos en la Ley Universitaria La universidad debe regular sus estándares para conseguir el licenciamiento, de lo contrario, cesar con sus actividades en un plazo de 2 años
La Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) denegó el licenciamiento de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega (UIGV) debido a que la institución no contaba con ninguno de los 8 requisitos de condiciones básicas de calidad (CBC) que debe tener una universidad según la Ley Universitaria vigente.
La casa de estudios superiores, la cual tiene más de 50 años al servicio del país, cuenta con 97 programas de estudio, 48 pertenecientes a pregrado, 38 a maestrías y 11 a doctorados. La universidad también cuenta con 9 locales en la capital y una filial en Chincha, perteneciente a la provincia de Ica. 16.650 es la cifra de estudiantes matriculados hasta la fecha, de los cuales el 60 % son de modalidad presencial, mientras que el 40 % restante pertenece a la modalidad semipresencial.
Cabe recalcar que la UIGV presentó su solicitud de licenciamiento en el 2016, hace tres años. Tras los aspectos que evaluó la Sunedu, se encontraron distintas falencias; entre ellas está la falta de organización de la instancia que debe velar por la calidad universitaria en la institución, como también planes de estudios inconsistentes y mal estructurados. Siguiendo con la misma línea, la entidad reguladora también evidenció que la universidad no ha implementado actividades de investigación planificada.
Por el lado de infraestructura, la Sunedu dio a conocer que la UIGV no dio a conocer los datos precisos de los informes de mantenimiento de la infraestructura y equipamiento de la universidad, poniendo en riesgo la seguridad de los talleres y laboratorios. Asimismo, el alma máter también fue multada con 300 UIT por haber emitido títulos a bachilleres egresados de otras universidades.
La universidad tiene un plazo de 2 años para cesar sus actividades, por lo que no podrá admitir a nuevos ingresantes, pero sí continuar con su funcionamiento con los estudiantes ya matriculados hasta su fecha de cierre. Sin embargo, la UIGV ha dado a conocer a su comunidad universitaria que presentará un recurso de reconsideración a la Sunedu, el cual se encuentra avalado por la ley. Con esto se espera la reevaluación de la entidad reguladora para que ésta pueda emitir el licenciamiento.
OPINIÓN
Hagamos las cosas bien. Bajo esta premisa, la Sunedu está mostrando que la educación en el Perú debe, y está tomando, el cambio que necesita para permitir que haya un cambio social notable. La educación es la base de todo, pero en el Perú, la necesidad de enriquecerse pesa más sobre una necesidad social de suma urgencia, inherente al desarrollo de todo país. Lo que trata de hacer la entidad reguladora es establecer estándares de calidad para que la educación impartida sea igualitaria y que los egresados de las distintas universidades e institutos puedan hacer frente, de forma eficaz y competente, a las necesidades de una sociedad tan multicultural y cambiante como la nuestra. No solo velan por la calidad de educación, sino también por una calidad de infraestructura que esté regulada por estándares de seguridad y que además, sea funcional, implementando tecnología de vanguardia, con la cual se imparte educación a nivel mundial. Y ahora, ¿qué hacemos? La Sunedu, de no aprobar este pedido de reconsideración, obligaría a la UIGV a cesar sus actividades en 2 años, haciendo cumplir su primer decreto. ¿Qué pasará con los estudiantes que no lleguen a culminar sus estudios dentro de ese periodo? La institución está obligada a dar facilidades a los estudiantes, tales como la reubicación del alumnado en universidades que cuenten con algún convenio con el alma máter, y por último, la absorción de la casa de estudios por parte de alguna otra universidad licenciada. El tema es puntual, la educación es un derecho. Los estudiantes han confiado su formación a esta casa de estudios, por lo tanto, la misma debe presentar soluciones viables. Solo queda esperar que la universidad esté a la altura de la problemática y no perjudique a sus estudiantes.
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