De niños solemos escuchar la típica frase: "Cuando seas mayor lo entenderás", pero ¿qué tan mayor necesitamos ser para comprender un problema? Según los adultos, recién a los 18 años, recién comenzamos a tomar conciencia de nuestros actos y nos preocupamos más por lo que nos rodea. La verdad, es que si antes no nos han inculcado el defender lo que creemos correcto, para la mayoría de edad, no nos importará luchar por ello.
Un gran ejemplo de que la edad no importa cuando tienes fuertes convicciones es Greta Thunberg, una joven sueca con sólo 16 años ya es una líder en la lucha por el cambio climático y fundadora del movimiento internacional Fridays Ford Futuro (FFF). Algo característico de ella es como no se deja derrumbar por los medios y continúa con su labor.
Los mayores siempre recalcan que los jóvenes somos vagos, anarquistas y no tenemos un motivo por el cual luchar. Sin embargo, no tenemos un modelo al cual seguir. Si desde pequeños nos enseñan a permanecer callados y nos dicen que este mundo aún no es nuestra responsabilidad, cuando seamos grandes, haremos las cosas por compromiso, porque así se supone que deben ser. El ejemplo más claro de esto son las elecciones. En las escuelas no hay una política para el conocimiento de los postulantes a cargos públicos, ¿por qué? Porque ellos no votan, por lo tanto, no son importantes en la campaña. Los jóvenes sienten este comportamiento y lo creen cierto. Al cumplir la mayoría de edad, no se les inculcó investigar sobre los partidos políticos, por lo tanto no lo hacen y se dejan llevar por la publicidad que los candidatos lleguen a usar. Algunos pensarán que esto es un problema solo de ellos, cuando sean mayores aprenderán, pero de grandes solo incrementa este pensamiento.
Greta Thunberg responde a los ataques manifestando que los adultos tengan algo mejor que hacer que criticar su ropa, peinado, físico y demás cosas sin importancia. Lo cierto es que quienes critican los ideales juveniles no son en base a sus acciones y pensares, sino hacen objeciones banales para tratar de mitigar el hecho de que un adolescente tome las riendas del futuro.
¿Qué podrían esconder los adultos para tener tanto miedo de los jóvenes? Tal vez si tantas personas tratan de desprestigiar nos es porque somos más poderosos e influyentes de lo que creemos.
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