El pasado sábado 28 de septiembre el querido Príncipe de la Canción nos dejó para seguir sus conciertos en otro reino. La trayectoria de este cantante se remonta desde los años 70 y sus primeros éxitos con los cuales nuestros padres bailaban en más de una reunión.
José Rótulo Sosa Ortiz no fue solo un talentoso cantautor, como muchos artistas, pasó por meses de incertidumbre y gran depresión mientras se refugiaba en el alcohol, el tabaco y las drogas. Cuenta una anécdota que una fanática llamada Sarita vio a su ídolo en las peores condiciones a la espera de una muerte por sobredosis y lo llevó al hospital para correr con todos los gastos. Salvó su vida. Es por ello que nombra a una de sus hijas como aquel ángel que le dio una segunda oportunidad.
La noticia de su muerte fue un impacto para sus seguidores, no podían creerlo, ya que se habían filtrado rumores de su muerte en años pasados. Muchos no creyeron en ella hasta la confirmación por parte de sus hijos, lo cual dejó devastados a muchos.
Lo bueno de ser cantante, es que, aunque mueras, tus canciones seguirán manteniéndote con vida. Hasta siempre, José José.
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