No importa el país, ni el problema central, al final del día, ningún gobierno satisfará al pueblo. Por más que la autoridad en el poder trate de hacer lo que siente mejor para alguien, siempre saldrán personas que traten de tirar todo abajo. Lo realmente importante en este tema son las masas. Estas son quienes determinan el rumbo de una nación, a mí parecer. Dependiendo de la magnitud del conflicto y cuanto impacte a esta multitud, será considerado como protestas masivas.
En el transcurso del gobierno de Chávez, muchos venezolanos ya comenzaban a notar el rumbo de su país, mas no lo vieron con tanto impacto hasta la toma de poder de Maduro. Recién cuando sintieron la presión, formaron tropas a defender su patria; sin embargo, tuvieron que retirarse por seguridad.
Aunque en Bolivia las cosas no están tan graves por ser un tema político y no económico (específicamente), la muchedumbre procede con mayor confianza en ellos y lo que puedan lograr a cambiar.
Pero todo se remonta a culturas y pensamientos. Se dice que se gobierna para la mayoría, por eso es una democracia. No todos están de acuerdo, pero se respeta el voto ganador. El problema es que todo lo queremos a nuestra forma y para ayer. Esa es básicamente la cultura peruana.
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