Bolivia se caracteriza por ser un gobierno de izquierda, sin embargo, pierde todas las características de esta forma de gobierno, pues hace caso omiso al pueblo, el cual reclama la anulación de las últimas elecciones, acusadas de fraudulentas tras el cese del conteo de votos por casi 24 horas. Los bolivianos aseguran que están pasando por una crisis económica y esto se debe a una menor cantidad de dinero circulante el país, a pesar del gran crecimiento económico que tuvo el país en los últimos años. La crisis argentina también ha agudizado la crisis, pues Bolivia tiene fuertes ataduras en el comercio exterior con dicho país. Sumido en distintos casos de corrupción desde el inicio de su mandato, como la compra de un avión a nombre del mandatario, la transferencia a cuentas privadas del extinto Fondo Indígena en donde se hicieron distintas investigaciones a colaboradores de Morales y hubo más de 200 detenidos.Evo nunca fue tocado. Otro de los muchos casos fue el enriquecimiento ilegal de Gabriela Zapata, ex pareja del presidente, por los cobros de comisiones a empresas contratadas por el. El pueblo boliviano considera que el principal problema del país es la corrupción y de tráfico de influencias, acompañado de un centralismo casi total. Por más progresista que sea un gobierno y por más cercano que esté al pueblo, no lo deslinda de intereses personales mayores y que distan del progreso económico y socio político de una nación.
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